Zona franca es sinónimo de desarrollo en Latino América, y Colombia ha tomado un rol de liderazgo en la región con respecto a ellas. Desde hace unos años, con el auge de la economía nacional las Zonas Francas crecieron dinámicamente como centros de desarrollo logístico y empresarial. Han sido efectivas para la atracción de inversión y la generación de empleo, y son importantes polos para el progreso regional. Con esta tendencia es que en Colombia hay 113 espacios de zona franca autorizados en el país, número que ha aumentado en los últimos años.
Una zona franca se convierte en fuente de interesantes inversiones para el país, generando miles y miles de empleos directos e indirectos y apoyando el crecimiento de la economía de exportación de Colombia.
Las constructoras se han visto en la necesidad de apostarle a estos centros empresariales como nuevo foco para la inversión y crecimiento de la industria, y es que tener empresa en una zona franca trae numerosos beneficios como la tarifa única del impuesto sobre la renta del 15%, la exención en tributos aduaneros y la facilidad de exportar e importar, factores clave frente a las necesidades del mercado de hoy que está en constante cambio de cara a los Tratados de Libre Comercio y con ello, el interés de los diferentes sectores para mejorar la logística, hacer presencia en otros países y aprovechar las ventajas arancelarias.
Gracias a los incentivos del régimen franco, la ubicación estratégica del país, la excelente conectividad con las Américas, Europa y Asia, y la posibilidad de atraer empresas que encuentran en Colombia una plataforma para la distribución logística internacional de sus productos, la actividad de cada zona franca constituye un pilar de desarrollo competitivo de las regiones del país.