Las Zonas Francas y los Tratados de Libre Comercio

En un momento coyuntural para el país en el que empiezan a funcionar importantes Tratados de Libre Comercio, las zonas francas son fundamentales para la competitividad de los diferentes sectores de la economía. El deseo de invertir en Zonas Francas en el país no sólo es llamativo para empresarios nacionales sino también para inversionistas extranjeros. Estas zonas cada día cobran mayor relevancia en un comercio mundial ágil y generador de empleo. Según el diario Portafolio las Zonas Francas generan 47.163 empleos directos y 97.363 empleos indirectos, y cobijan a 600 empresas.

La posibilidad de que estas áreas de transición sirvan a los exportadores de otros países que no tienen tratados vigentes, es el gran beneficio de las Zonas Francas y los Tratados de Libre Comercio que ha firmado Colombia. Un inversionista proveniente de un país que no tenga TLC puede exportar parte de su producto a una Zona Franca de Colombia sin pagar por la nacionalización del mismo, transformarlo para obtener el origen colombiano como parte de su cadena de producción y reexportarlo a un país con el que Colombia tenga un Tratado de Libre Comercio.

Sin duda alguna esto será un reto en términos logísticos, pues es inminente el aumento tanto de importaciones como de exportaciones del país. Para que estos procesos sean beneficiosos para el país es vital el rol de las Zonas Francas en el almacenamiento de mercancía, agilidad de los trámites de nacionalización y supresión de costos arancelarios. Las Zonas Francas son excelentes plataformas de exportación e importación de bienes y servicios, y son el medio ideal para aprovechar los Tratados de Libre Comercio. Estos tratados garantizan el acceso de los productos colombianos a diferentes mercados como el estadounidense de una forma muy sencilla. El aumento de la comercialización de productos nacionales también es inminente.

 

 



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